Consumo de alcohol y problemas relacionados en estudiantes secundarios de la ciudad de Mar del Plata

Abstract

Pensar en adolescencia no es algo sencillo, ya que es un periodo del ciclo vital que presenta una serie de particularidades propias, cuyo estudio no data de mucho tiempo atrás. Diversos autores han abordado la temática, existiendo así muchas teorías y definiciones. La problemática del consumo y abuso de alcohol es una cuestión sanitaria que trae consigo múltiples complicaciones y contradicciones. Por un lado poseemos información suficiente acerca de las muchas consecuencias negativas que acarrea: el consumo de alcohol está asociado con una variedad de consecuencias sanitarias y sociales adversas. Se han demostrado los efectos perjudiciales del alcohol sobre muchas enfermedades; así como se relaciona con acontecimientos de efectos sociales adversos como muertes y accidentes por conducir en estado de embriaguez, conducta agresiva, rupturas familiares y reducción de la productividad laboral. Sin embargo, por otro lado, más allá de que los gobiernos y comunidades poseen información suficiente sobre el tema y que cuentan con diversas estrategias efectivas para prevenir y combatir los efectos adversos derivados del consumo de alcohol, por diversos motivos en numerosos países no se aplican dichas estrategias (OMS, 2000). La juventud es una etapa muy rica y excitante en la vida de cualquier persona, es un momento idóneo para descubrir amistades, valores, nuevas experiencias e incluso para experimentar hasta llegar en ocasiones a situaciones límite. Dentro de las experimentaciones podemos incluir los primeros contactos con distintos tipos de sustancias y entre ellas cabe destacar el tabaco y sobre todo las bebidas alcohólicas. Puntualmente, el consumo de alcohol en los adolescentes se caracteriza por ser, a diferencia del consumo adulto, de una menor frecuencia pero de mayor intensidad (Reboussin & Wolfson, 2008). Si bien durante mucho tiempo se pensó que el mayor problema relacionado con el alcohol a nivel de la salud pública es la dependencia, la literatura indica que la mayoría de los problemas provienen de episodios de intoxicación (Sharman, 2005). Los hábitos en relación al consumo de los familiares y personas cercanas al adolescente influyen a la hora de fijar, mantener o eliminar sus propias pautas comportamentales, es decir pueden llevarlos tanto a consumir como a evitar las bebidas con alcohol. Diversos autores incluyen los procesos de modelado como factores condicionantes del proceso de consumo (Muñoz-Rivas & Graña, 2001; Hombrados & Domínguez, 2004). El papel que juegan los modelos en la adquisición y mantenimiento de determinados comportamientos como el consumo de tóxicos o las conductas violentas ha sido ampliamente estudiado (Bandura, 1977; 1986; Bandura & Walters, 1979). El modelado desempeña un papel significativo en la conducta de consumo de alcohol, tanto en su inicio como en su frecuencia e intensidad (Biglan, Weissman & Severson, 1985; Otero, Mirón & Luengo, 1989; Secades, 1998).Se ha observado que los adolescentes cuyos modelos beben tienen en general una mayor predisposición a probar el alcohol y otras drogas. En cuanto al tipo de bebida consumida por los adolescentes, una investigación realizada en la ciudad de Girona, España resalta como bebida favorita de los jóvenes los combinados. (Avellaneda, Grass Perez, & Font-Mayolas, 2010).